Nos despertamos temprano y
salimos del hostal a las 5:45 am para llegar a la calle Sisavangvong (justo
frente al Palacio Real) para presenciar uno de los encuentros con oriente, la
salida de los monjes para recoger comida de los fieles. Aunque esta actividad
se ha vuelto muy turística, además de que hay gente que se aprovecha y te vende
asientos y arroz carísimos (tengan cuidado) si sigues a los monjes en su
recorrido puedes ver cómo la gente local, con verdadera devoción, participa en
esta tradición.
Turistas chinos esperando a dar de comer a los monjes
Monjes pidiendo comida
Seguimos a los monjes por un rato
y después fuimos hacia el río Mekong en donde puedes ver muchos embarcaderos,
el objetivo era ir a las cuevas Pak Ou. En el embarcadero tienes que preguntar
pues los precios varían mucho, había transporte desde 120,000 kip, nosotros
conseguimos uno a 50,000 kip por persona, menos de la mitad!!! También
platicamos con algunos viajeros que pidieron transporte desde los hostales y
les cobraron hasta 150,000 kip! Buzos! Salen a las 8:30 am.
El Mekong
Nos subimos a un bote motorizado
muy pequeño en el que cabíamos 10 personas, el trayecto de ida duró 2 horas muy
relajantes y con vistas hermosas al Mekong, iba dormitando arrullado por el
vaivén de las pequeñas olas, me encantó mucho más el recorrido! Ves a mucha
gente en su vida diaria, nadando, pescando o descansando. Por el puro viaje
vale la pena.
Allá en el fondo se ve un pescador jejeje
Llegamos a las cuevas y pagas
20,000 kip para entrar hay dos cuevas, para acceder a la primera tienes que
subir bastantes escalones, prepárate! Las cuevas están totalmente a oscuras por
lo que una lámpara serviría mucho, dentro se encuentran muchísimas estatuas de
buda, la penumbra le da un toque especial pero sinceramente para mí no fueron nada
del otro mundo, la otra cueva, la que se encuentra abajo tiene más entrada de
luz y da unas buenas vistas hacia el Mekong.
Primera cueva
Intento de fotografía interior
Segunda cueva
De regreso visitamos una aldea
local muy bonita, aunque con mercados dedicados exclusivamente al turismo,
puedes comprar varios licores con las alimañanas más extrañas que te imagines,
robozos de tejidos muy bellos. Además presenciamos una ceremonia en un templo
budista, ese si lleno de puros locales. Si quieres comprar algo el regateo es
el idioma oficial, así que ya sabes!
Aldea
Regresamos a Luang Prabang
alrededor de las 14:00 hrs algo agotados, sobre todo por el calor así que
decidimos descansar un rato en el patio del hostal (con ventilador y sillas
cómodas). Ya cuando se puso el sol fuimos a cenar al famoso mercado nocturno,
el cual se encuentra en la calle Sisavangvong, la del Palacio Real. Es una
verdadera locura la cantidad de puestos de artesanías, recuerdos y demás cosas
que te puedes encontrar. Al final de la calle encontramos un callejón de
comida, algo sucio y lleno de bichos pero el hambre y lo barato de los platillos
nos hicieron comer ahí. Es un tipo bufé pero solamente te puedes servir un
plato, cuesta 10,000 kip y debes escoger lo que más te guste. No fue de mi
total agrado pero sirvió para su cometido.
Nos fuimos a dormir temprano pues
al día siguiente saldría nuestro vuelo para el siguiente país del recorrido.
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