Este día se lo dediqué a visitar
las Cuevas Batu, que se encuentran al norte de Kuala Lumpur, para llegar allá
tienes que llegar a la estación Batu Caves KTM, de ahí caminas unos cuantos
metros y encuentras la entrada.
Estatua de Hanuman |
La entrada a las cuevas es libre,
pero si quieres entrar a otras cuevas donde se encuentran varias estatuas
representando el Ramayana cobran 5 RM.
Entrada a la cueva del Ramayana |
La entrada es interesante, pues
hay bastante basura y muchos changuitos dando la vuelta, además de varias
estatuas gigantes representando a varias deidades. Lo primero fue visitar la
cueva del Ramayana. Es muy bella y si ya leíste ese libro mítico te van a
encantar, todavía está en construcción y aún así se disfruta, es mejor
mostrarla en fotos.
La siguiente parada fue un templo
hindú el cual se encuentra sobre una escalinata de 3 caras, te debes descalzar
para entrar y el piso en general es sucio, nada del otro mundo.
Y la atracción principal es el
templo dedicado a Murugan, tiene una estatua dorada muy alta como guardián de
las escaleras, mucho monos andan rondando el templo y es muy curioso
observarlos, sobre todo a las madres con sus hijos en el pecho. Debes subir
bastantes escalones para llegar al primer piso y otros tantos para llegar al
templo principal.
Lo que me gustó de este lugar
fueron las estatuas y lo extraño de ver un santuario en una cueva,
desafortunadamente es muy sucio, pero sirve para la contemplación.
Muy fotogénico el changuito |
Templo principal |
Regresé a Kuala Lumpur alrededor
de las 4 pm y me dirigí de nueva cuenta a las Torres Petronas, pero esta vez
desde el Parque Central de Kuala Lumpur, un lugar muy bonito que sirve para relajarte,
escribir, pensar y contemplar. Me quedé ahí hasta que oscureció y las torres se
iluminaron, además de que hubo un espectáculo en las fuentes bastante bonito.
Las Petronas desde el Parque |
Fuentes danzantes |
Me quedé hasta alrededor de las 9
pm pues estaba encantado, pocas veces en mis viajes me detengo a relajarme y
esta experiencia me encantó. Caminé de nueva cuenta al hostal y dormí muy a gusto
pues al día siguiente tomaría el siguiente vuelo internacional.
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