lunes, 22 de febrero de 2016

Visita a Nara y al Fushimi Inari Taisha

Aunque la habitación la compartía con otras 9 personas dormí como rey! Descansé muchísimo! Y con las pilas cargadas puse rumbo a la estación JR de Kyoto para cambiar el JR pass, el hostal está como a media hora caminando, llego a la estación, me formo, espero y no lo puedo cambiar, necesitaba forzosamente el pasaporte! Lo dejé en el hostal (ya sé, soy muuuy tonto, pero la regué) una hora después regreso, hago el trámite y pongo rumbo a Nara, la cual se encuentra como a 50 minutos de Kioto.

Me volví adicto a los refrescos japoneses
Al llegar en la estación se encuentra la oficina de turismo, cogí un mapa y puse rumbo al parque Nara, esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es famosa por dos cosas, una de ellas es la cantidad de ciervos que se encuentran en el parque, en las calles y son muy sociables, se te acercan y algunos se dejan agarrar y tomar fotos. El parque es muy bonito, lleno de árboles, símbolos, una especie de tubos circulares con kanjis que dan vueltas y lámparas de piedra. Primero fui hacia el Kasuga Taisha y al santuario Wakamiya que se encuentran al sur del parque, son unos templos de pilares anaranjados muy bonitos, la entrada cuesta 300 yenes, me quedé observándolos un rato y después regresé mi camino y fui en dirección norte.

Selfie!

La segunda razón por la que Nara es famosa es por una de las construcciones más bellas que he visto en mi vida, tanto por su arquitectura como por su tamaño, es templo Todaiji, la razón por la que estaba aquí. Es la construcción de madera más grande del mundo, te recibe con un portal gigantesco, que conforme te acercas se va haciendo más grande, en los laterales se encuentran unas estatuas de madera gigantes que parecen demonios, la entrada cuesta 500 yenes y desquitan al 100%!

Uno de los guardianes

El Daibutsu Den es donde se encuentra el Buda más grande de Japón y es una construcción es majestuosa y gigantesca! En uno de los pilares se encuentra un agujero del tamaño de una fosa nasal del buda, si lo logras pasar se supone que alcanzas la iluminación. Recorrer este recinto me llenó de paz y emoción y miles de sentimientos, pues este tipo de Japón era el que yo buscaba, cómo me hubiera gustado ver los cerezos en flor!

Perdón por la foto pero fue sacada con el celular

Terminando este recorrido recorrí los jardines del templo y posteriormente compré un "dango" un dulce japonés hecho de masa de arroz y cubierto con una salsa entre dulce y salada que no me gustó nada, me costó 100 yenes pero no me quedaron ganas de volver a probarlo jejeje.

No me gustó :(
En el regreso me encontré con un cenicero, en Japón eso significa que se puede fumar en ese lugar, encendí un cigarrillo y un policía llega corriendo y me dice: up! Up! Yo todo espantado quise apagar el cigarro pero me dijo: No! No! Up! Up! Estaba realmente confundido! De nueva cuenta intenté apagarlo y con mímica me indicó que solamente podía fumar en la banqueta (que medía como 30 cm de ancho), no se podía fumar en el paso peatonal, Japón es muuuy extraño!

A la izquierda no se puede fumar, a la derecha si...

De regreso a Kioto me bajé en la estación Inari, para recorrer el hermoso Fushimi Inari Taisha, un templo sintoísta famoso por las miles de tori (portales hechos con 3 maderos cruzados) que le dan una vista muy hermosa! El templo se encuentra justo en la salida de la estación del tren así que no hay pierde. A la entrada del templo te encuentras con una Tori enorme y al subir las escaleras un templo con un cascabel, el cual puedes tocar, y mucha gente aventando monedas, es gratis y está abierto las 24 horas, cuidado con los zorros para que no les gasten bromas!

Fushimi Inari Taisha

Más arriba se encuentran varios pasillos todos conformados por toris anaranjadas inmensos, que te llevan a diferentes estaciones, yo me salí del camino principal siguiendo unas flechas y me interné en el bosque, ahí pude apreciar paredes enormes de bambú movidas por el viento, también un cementerio muy extraño y algunos santuarios desperdigados, como ya estaba oscureciendo decidí regresar al camino principal. Las toris son donadas por empresarios en busca de favores para que su negocio crezca, es por eso que hay miles de ellas alrededor de todo el templo.

Pasillos de Toris anaranjadas

Al iniciar la subida me encontré con una pareja de Boston que estaba de visita en Kyoto y subimos juntos, las subidas son un poco pesadas pero se disfrutan muchísimo pues se encuentran muy bien iluminados y están llenos de estatuas, las de zorro abundan y varias personas dicen que juegan bromas por la noche. Al llegar a la cima al templo principal la pareja me invitó a brindar con sake y Kampai! Mi primer trago de sake en Japón!



Después de apreciar las vistas en varios miradores abordé de nueva cuenta el tren (incluído en el JR pass) y me bajé en Kyoto, ahí pude disfrutar en la salida de la estación un espectáculo de fuentes iluminadas y caminé de regreso al hostal disfrutando de la noche por los callejones muy bellos de la ciudad.

Vista nocturna del templo

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