sábado, 23 de enero de 2016

Llegando a Japón y un encuentro mágico!

Después de muchas horas de vuelo, toqué tierra en el país que más deseaba visitar desde que era niño, Japón!! La llegada fue a la terminal 1 del aeropuerto internacional de Narita, los tramites de aduana fueron muy fáciles, cambié un poco de dinero en el aeropuerto y tomé el tren de la línea Keisei que me dejó en Asakusa, el barrio donde se encontraba mi hostal, la duración del viaje fue de aproximadamente una hora con un costo de 1,290 yenes. Es muy fácil acceder a cualquier línea de metro, todo está muy bien señalizado y en inglés.

Llegando a Narita

Algo muy importante y útil en Japón es que encuentras wi-fi en casi todos lados, (siempre hay en el 7 eleven y en el family mart) y eso facilita mucho las cosas con el gps de tu elección. Llegué al hostal Kao San original, con un costo de 2200 yenes por noche en habitación para 6 personas, bastante bonito y bien ubicado y fue de los más baratos que encontré. Aquí fue el primer choque cultural, quitarte los zapatos casi en cualquier interior no comercial, toda una lata!! Pero eso si, muy higiénico todo. Llegué alrededor de las 6 pm.

Habitación de hostal


Ya alojado y todo, decidí darme una vuelta por el barrio de Asakusa, imperdible en tu visita a Tokio, lo primero que vi fue el Senso-Ji el templo budista más bello de Tokio y en el camino aquí fue el segundo choque cultural, todas las calles van a la izquierda y los japoneses son en extremo educados, aunque no pasen coches, los japoneses siempre esperaran el siga del semáforo peatonal, además las calles estrechas llenos de letreros en japonés fueron mágicos!



En el Senso-Ji ya estaba cerrado pero la iluminación nocturna es hermosa, además de que hay muchos japoneses en los alrededores (era sábado) comiendo y probando suerte con una especie de palillos chinos con un número, sacas de una gaveta un papel y lees tu suerte, si te sale mala debes dejar el papel en una especie de alambre para que la mala suerte se vaya, a mí me salió mala y lo dejé ahí! No quería que el inicio del viaje empezar con mal agüero.
Senso-Ji

Después decidí ir al Tokyo Sky Tree, la torre más alta del mundo (no edificio) en el camino me encontró un señor japonés viejito, que después conocería como el señor Shimura, que en un inglés muy básico me decía si quería conocer un templo budista, debo aceptar que soy muy desconfiado y me negaba a ir con él, pero después me dije: estás en Japón! Aquí todo es diferente! Así que decidí acompañarlo, ahí dentro me trataron de explicar de qué se trataba el rito, hasta que por suerte llegó una muchacha llamada Satoko, la cual hablaba un inglés muy bueno y me explicó todo, conclusión, me ordené como budista aún sin darme cuenta!

Tokyo Sky Tree


Fue una muy buena experiencia, pero eso no acaba ahí, me dijeron que cuando podía acompañarlos al templo principal que se encuentra en las faldas del monte Fuji, acepté ir con ellos al día siguiente y no me arrepentiría.

Ya saliendo del templo ahora si me dirigí al Tokyo Sky tree, la cual sería mi guía mientras estaba en Tokio, pues se visualiza desde muy lejos, la recorrí únicamente por fuera pues la entrada para subir hasta el último piso costaba 3000 yenes. Me arrepentí, pues me dijeron que era muy avanzada tecnológicamente, lo bueno es que estoy seguro de que esta es solamente una de mis múltiples visitas a Japón en el futuro.

Con mi compañero de viaje


Alrededor de las 10 pm regresé a mi hostal para dormir, ya que al día siguiente partiría rumbo al Monte Fuji!

Por cierto, las fotos salen borrosas pues desafortunadamente perdí mi cámara y todo el viaje por Japón solamente quedó registrado con las fotos de mi celular, pero eso lo contaré en el capítulo correspondiente.


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