Este viaje fue muy difícil de planear, Europa es un continente en el que cada kilómetro cuadrado tiene lugares increíbles y por lo tanto tomar la decisión de qué lugares visitar y cuales no fue en extremo difícil. Las principales cuestiones fueron, ¿Qué países?, ¿Qué ciudades?, ¿Cuánto le dedicaremos a cada país?, ¿Cómo nos trasladamos? y lo peor, ¿Con cuánto dinero contamos?.
Después de darle muchas vueltas al asunto por fin tuvimos una idea de qué países visitaríamos y curiosamente todos pertenecieron al antiguo Imperio Austrohúngaro salvo Francia. También añadimos y quitamos lugares de acuerdo a qué destinos se nos hacían más atractivos, el país que más sufrió fue Eslovaquia, seguido por Hungría, pues en un principio el este de dichos países estaba incluido, pero como ciertos destinos de Austria y de Alemania nos llamaron más la atención fueron eliminados.
Mapa inicial del recorrido
Otra decisión importante fue si era conveniente rentar un carro para movernos entre los países, al final lo rentamos pues al ser de inicio 4 personas y posteriormente 2 era más rentable que viajar en tren además de más cómodo y nos daría mayor flexibilidad, esto llevó a la decisión de que llevar maletas en lugar de mochilas era bastante mejor, pues el automóvil se encargaría de cargarlas por nosotros y la cantidad de equipaje que podríamos llevar era mayor.
Y por último cuál sería la ciudad clave, a donde llegaríamos y de donde partiríamos, la respuesta nos la dio una oferta muy buena por edreams, en donde un vuelo redondo Ciudad de México-Praga salió por menos de 1000 USD.
Fueron varios meses de planificación pero valieron la pena pues por fin llegó el momento de abordar el avión que nos llevaría, con escala en París al viaje más largo de nuestras vidas
Seguiré el viaje
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