Cuando somos niños, hay ciertos eventos que aunque no sean
significativos en nuestra vida, se quedan guardados en el subconsciente. Para
mi el Festival de Viña del Mar era uno de esos. Hasta que hice planes para
visitar Chile, nunca supe donde se encontraba Viña del Mar y me emocioné mucho
de saber que estaba cerca de mi ruta planeada. No podía dejar de ir!
Hay varias formas de ir a Viña del Mar desde Valparaíso,
como bus, colectivo o el metrotrén, todo depende de dónde estés hospedado. Yo
mi fui en colectivo. Es impresionante como cambia la vista a apenas unos
cuantos minutos. Valparaíso es Bohemia, antigua, llena de arte urbano, Viña es
la “Ciudad Jardín” mucho lujo en algunos sectores y muchos árboles!
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Me bajé en la Avenida España para admirar una de los
símbolos de Viña, el Reloj de Flores. A un costado se encuentra una escalera en
el cuál hay un mirador para apreciar muy bien la playa. Arriba, se encuentran
también varias casas de estilos muy variados entre los que se encuentra el
Castillo Brunet y el Castillo de Wulff.
Al bajar se puede caminar por la Avenida Álvarez para
conocer la Parroquía de Viña del Mar, había misa así que entré un rato, siempre
me ha gustado ver los servicios religiosos de los lugares a los que voy. A una cuadra se encuentra el Palacio Vergara,
desafortunadamente estaba cerrado y no pude entrar.
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Plaza Vergara |
Retomando hacia el norte a 3 cuadras, se encuentra la Plaza
Vergara, un lugar de encuentro de los locales y bastante agradable para
descansar. Ahí mismo se encuentra el Teatro Municipal de Viña del Mar.
Seguí caminando hacia el norte y cruzando el Estero se
encuentra el Museo Arqueológico de Viña del Mar, también estaba cerrado ☹,
no sé por qué! Pero me pude tomar mi foto con el Moái. Cerca de esa zona
también se encuentra el Palacio Rioja.
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De ahí caminé hacia el parque que se encuentra a un costado
del Casino de Viña del Mar y me senté a leer. Aquí vino un episodio algo
incómodo. Llegó una muchacha joven que me quiso leer la mano (no me gusta
estereotipar pero tenía pinta de gitana), me negué y se puso necia, me pidió un
billete y empezó a querer abrir mi mochila, yo me desesperé y traté de irme,
entonces llegaron unas señoras más grandes diciéndome que si me había gustado,
que le había coqueteado y no sé que tanto… que iban a llamar a su marido.
Entonces caminé hacia la avenida de la costa y ellas seguían detrás de mí, vi
un policía y me acerqué hasta él, desaparecieron.
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En lo que se me pasaba el coraje |
Debo decir que he vivido pocas experiencias desagradables en
un viaje, pero este intento de robo, estafa, no sé, en verdad me arruinó un
poco el día. Curiosamente me costó mucho trabajo escribit este diario, como que borré mucho, desafortunado por la emoción que sentía al llegar al lugar. Quedé algo nervioso, pensando que regresarían, sólo me quedé
admirando un poco la playa y decidí regresar a Valparaíso para terminar la
tarde, ahí justo en la Plaza Sotomayor para ver otro atardecer y depurarme de
las malas vibras.
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