Generalmente cuando alguien cumple años dentro de mis amigos de la preparatoria, se organiza una salida a una casa de campo de uno de ellos para festejar, pero a partir de 3 cumpleaños atrás decidimos que en vez de ir al mismo lugar todas las veces, deberíamos salir a conocer los lugares cercanos al DF.
En esta ocasión mi amiga Mariana regresaría a estudiar a Holanda y estaba de visita por acá, así que decidimos continuar por la ruta de los pueblos mágicos (ya visitamos Huasca y Taxco) y de esa forma salió la idea de visitar Malinalco.
De camino a la zona arqueológica |
Malinalco, es un pueblo localizado en el Estado de México a 104 Km de la Ciudad de México, alrededor de 2:30 hrs en carro. Debido a ciertos incidentes salimos un poco tarde y llegamos a nuestro destino alrededor de las 11:00 hrs. Lo primero que hicimos fue probar los helados típicos del lugar y de ahí tomamos rumbo a la zona arqueológica.
Como fuimos en domingo no nos cobraron entrada (es gratis para nacionales). El sitio se encuentra en la cima de una colina y la caminata es agradable, llena de vegetación y bastantes mariposas, las flores de colores muy bellos así como árboles frutales. La zona es pequeña, pero tiene un edificio que llama mucho la atención que es la cámara de los guerreros Águila, que es donde se supone hacían sus ritos y entrenaban, hay varias estatuas al parecer 2 jaguares y un hombre sentados a la entrada y recuerdan un poco a las egipcias.
La panorámica desde la cima es hermosa y relajante, también se pueden apreciar varias personas que hacen rituales con incienso y varias danzas tradicionales de la región. Al descenso y con el calor que reina allá, en la entrada existen lugares donde te venden las famosas "micheladas" que tienen cerveza, jugo de ostras con jitomate, salsa maggie, limon, chile en polvo y sal, deliciosas y muy refrescantes!! Son bebidas de un litro jejeje.
Posteriormente visitamos el mercado donde puedes encontrar gran variedad de frutas, semillas, artesanía y utensilios en general. Frente a la plaza principal se encuentra el Convento Agustino de la Transfiguración de entrada libre, en donde encuentras muchos murales muy bellos además de su templo que aunque sencillo es llamativo, el atrio es ideal para descansar del sol y tomarse una buena foto.
También se puede realizar ecoturismo, parapente y pesca. En especial el pescar la trucha que te vas a comer es una buena experiencia.
Este fue un buen viaje para despedir a nuestra querida amiga y de paso, conocer un lugar más de este planeta
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