Como los días anteriores habían estado
bastante ajetreados, decidimos permanecer en Mérida el día intermedio para
podernos despertar un poco más tarde.
Salimos del hotel a las 8:45 de la mañana rumbo a la plaza principal para
esperar el turibús, el costo es de 100$ y dura todo el día, hace diferentes
paradas a lo largo de Mérida, donde te puedes bajar, conocer y esperar a que
pase el siguiente para continuar , las explicaciones son buenas y puedes
conocer los principales lugares de la Ciudad, muy recomendable.
Tras terminar
recorrido nos paseamos por la plaza, y nos agarró una manifestación,
bastante tranquilos, entramos a la Catedral en la cual se encuentra el Cristo
bajo techo más grande del mundo y realmente impresiona. De ahí fuimos por el
coche para ir a Puerto Progreso.
Tomamos la carretera 261 y en menos de 30 minutos estábamos allá. Lo que más
llama la atención de dicho lugar es su muelle, el cual es larguísimo! Quisimos
pasar para conocerlo pero no está abierto al público entre semana. Así que nos
dirigimos al malecón, elegimos restaurante y nos sentamos a comer ricos
platillos a base de mariscos en la playita. Fuimos a comprar cerveza y nos la
pasamos nadando y disfrutando del sol. Cabe mencionar que a consecuencia del
huracán la playa estaba llena de algas y que el sol no se ocultó en el mar. Así
no la pasamos hasta el anochecer y regresamos a Mérida.
Un día bastante tranquilo, para descanzar.
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