martes, 23 de septiembre de 2014

Celestún

Partimos hacia Celestún un lunes, cabe mencionar que hay dos rutas hacia dicho lugar, la ruta larga, donde puedes conocer bastantes pueblos, como Caucé, Yaxché y Hunucmá, y la corta que pasa por Umán. El desayuno lo tomamos en el hotel.

Tomamos de ida la ruta larga para conocer aunque sea de paso otras localidades yucatecas, y llegamos a Celestún en una hora y media. La carretera 281 está en muy buenas condiciones y tiene una vista bastante linda.

Hay 2 recorridos en lancha por Celestún. El primero lo encuentras en el centro turístico a la entrada de la localidad, el precio por lancha es de 800$. Nosotros nos decidimos por el tour que sale de la playa (llegas directamente por la calle principal, pasando la plaza). Ahí nos recibieron y nos unimos a una pareja canadiense y nos cobraron 150$ por persona.

La aventura comienza con un viaje de unos 20 minutos por la playa, donde se pueden apreciar infinidad de aves marinas, desde gaviotas, pelícanos y garzas, reposando plácidamente en la playa. Vimos unos pelícanos bebé con la cabeza amarilla bastante lindos. También aprecias los estragos dejados por un huracán hace algunos años.


La magia comenzó cuando vimos un grupo de flamencos rosados caminando a orillas del mar, esas aves simplemente son hermosas, de un tono que mi cámara simplemente no pudo captar. Su caminar es bastante gracioso, los bebés son de color gris y conforme van consumiendo las aguas rojas, ricas en carotenos obtienen el color rosado. Así vimos varios grupos, es una experiencia única en la vida.

Llegamos a un muelle y en un árbol había una iguana muy bien camuflajeada, de ahí el lanchero nos llevó hacia una laguna con agua cristalina de múltiples colores, amarilla, roja, verde, azul, pececillos nadando junto a nuestros pies.

Posteriormente pasas por debajo del puente que une a Celestún con Yucatán y mágicamente vez como el agua pasa de un verde esmeralda a un color rojizo bastante impresionante. De ahí te llevan a través del bosque petrificado, un túnel de manglares por donde la lancha pasa a penas. También te llevan a un ojo de agua, que según el lanchero había tomado un color demasiado rojo por la presencia de un huracán, normalmente el agua es cristalina. Ahí te puedes echar un chapuzón bastante agradable para quitarte el calor. Durante el recorrido se puede apreciar la hacienda salinera "Real de Salinas".

Con tristeza el tour terminó y regresamos por el mar a la playa donde tomamos la lancha, nos despedimos de los canadienses y ahora si, era hora de descansar. Hay varios restaurantes donde te deja la lancha, si tienes poco presupuesto puedes a la plaza y encontrarás precios más accesibles. Como nosotros queríamos palapa consumimos en la playa y te dejan llevar cerveza que compras a una cuadra. Ya bien comidos y descansados nos metimos al mar, el cual es muy tranquilo, la arena es blanca y fina. Fue bastante relajante.


De las cosas que más disfruto en la vida es ver el atardecer en una playa y en Celestún simplemente fue hermoso, son de las imágenes que llevas de por vida. Ya en la noche nos despedimos y regresamos a Mérida por la vía corta y llegamos en 50 minutos al hotel, nos dimos un chapuzón en la alberca y a dormir.

A continuación les dejo un video de este recorrido


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